Si hablamos de reproducción, alimentación, o cualquier aspecto
relativo a la vida del lebistes, se da por descontado que nos referimos a animales que pueden
ejercer normalmente sus funciones vitales.
El proceso de reproducción es tan fácil que hasta un niño
lograría alevines y tendría éxito siguiendo sencillas indicaciones.
Si los recién nacidos son saludables van a sobrevivir con cualquier tipo de alimento que se les proporcione. El lebistes puede reproducirse sin
mucho trabajo, en cantidad y en corto plazo.
A esta facilidad se contrapone el desafío de mantener una alta
calidad. En la persecución de este fin debemos lograr un máximo
crecimiento que viene directamente enlazado con la genética, el hábitat y la
alimentación.
Una correcta aplicación de las técnicas de reproducción nos
da una buena chance de librarnos de la constitución débil y de animales
exhaustos. Un pez saludable tiene buen apetito, compite, resiste,
y sale adelante.
Respecto al hábitat, su capacidad de adaptación es
notable. Según mi experiencia, tanto
viven en un pH de 7 a 8, como en aguas ácidas, o en acuarios
marinos. La temperatura va de 16º C a más de 30º C e
incide en la lentitud o rapidez del crecimiento. Asimismo, bajo condiciones de superpoblación el crecimiento puede verse
deprimido por debajo del potencial propio de la línea.
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Es primero y fundamental contar con animales saludables,
activos, y resistentes.
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En segundo término rigen las características físicas y
químicas del hábitat y si éstas son propicias la posibilidad de éxito se
multiplica.
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Si los puntos primero y segundo son favorables, enconces
una apropiada nutrición es de importancia decisiva para lograr un excelente crecimiento.
La variada gama de alimentos incluye productos secos y congelados,
incontables recetas de pastas, daphnia, larvas de mosquito, gusanos de la mosca
de la fruta, tubifex, microgusano, grindal, artemia. Los
cultivos de gusanos de la mosca de la fruta, tubifex, microgusano y grindal
resultan ineficaces a partir de determinado número de peceras.
Lleva tiempo mantenerlos, cosechar y alimentar, y todo el asunto se vuelve
tedioso. Equilibrar el hobby con la vida privada debería ser
motivo de reflexión para los aficionados principiantes. Si
siguen los tan manidos consejos de realizar cambios de agua diarios y de alimentar 6 o 12 veces por día, o tantas
como el lebistes/guppy pueda procesar, más todo lo que implica la reproducción
selectiva, y si agregamos enfermedades y gastos, entonces hay posibilidades ciertas de que el aficionado
principiante se desilusione y abandone el hobby.
Si el hobby se
vuelve demasiado exigente ya no será placentero.
Personalmente, los peces
han sido una pasión que ha corrido conmigo desde que tengo recuerdo y
que ha debido adaptarse a los vaivenes de mi vida privada para sobrevivir y
mantenerse vigente. Tengo unas 120 peceras de 10 a 250 litros, sin sustrato y sin filtros,
simple aireación, no hay luz artificial, la calefacción ambiental es a
leña. Alimento entre 2 y 4 veces diarias y hago cambios de agua
semanales. Caracoles y Cryptocorynes affinis enraizadas en piedras marinas
contribuyen a un buen equilibrio. Este ordenamiento es simple
y funciona para mí.
Las referencias sobre la artemia son innumerables. Es el
alimento preferido y es utilizado para
sobrealimentar animales destinados a concursar. Desde la primera vez que
leí sobre este procedimiento, la imagen de guppys
tragando artemia glotonamente sin poder resistirse al alimento considerado
número uno en la afición, se me asocia a la de los gansos
obligados a sobrealimentarse con el propósito de hipertrofiar sus hígados para
obtener el paté de foi gras.
Ricardo Tomas, de Córdoba, Argentina, ha llevado a cabo
estudios exhaustivos y experimentos respecto a las propiedades del polen y
me informó de sus métodos para alimentar lebistes. A sugerencia
de Ricardo, realicé un test comparativo en dos peceras con iguales condiciones
físicas y químicas. Cada pecera contó con el mismo
número de alevines recién nacidos y hermanos. Durante treinta
días alimenté los alevines de una pecera con polen y los de la otra con
artemia. Al cabo de los treinta días del período de prueba y con los resultados a la
vista, concluí en que el polen es un alimento igual o superior a la artemia,
dado que el crecimiento fue parejo en todos los alevines de las dos peceras, con
la salvedad de que los alimentados con polen se veían más gruesos, con una
estructura física más vigorosa. Ricardo Tomas ha escrito un
artículo sobre el tema que ha sido publicado en el sitio del Club de Acuaristas de
Córdoba.
Actualmente ya no alimento con artemia, en su lugar doy polen
una vez por día, y complemento la dieta con alimentos secos y pastas a
base de corazón.. También papa cocida mezclada con spirulina, según consejo de
Ricardo Tomas.
Es muy posible que alimentar con polen sea un factor decisivo en
la recuperación de animales convalecientes de enfermedades y su valor
nutricional tal vez obre maravillas en los aquejados por constitución
débil. Algo a tener muy en cuenta.
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