Por Rosario Arijón

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El género Xiphophorus actualmente comprende especies con y sin espadas. Hasta 1960 solamente pertenecían al género las especies cuyos ejemplares machos mostraban una elongación de los radios inferiores de la aleta caudal, característica que determinó el nombre popular de espadas. A partir de 1960, los peces que no portan espada y que pertenecían al género Platypoecilus, pasaron a formar parte del género Xiphophorus y reciben el nombre popular de platies.

La historia del descubrimiento de los espadas cuenta que en 1840 Karl Heller, enviado del Imperio Austro Húngaro, recolectó en México muchas plantas y pequeños animales terrestres y acuáticos. Entre los peces capturados se encontró una nueva especie que mereció integrar la familia Poeciliidae y recibió el nombre de Kiphophorus helleri. Xipho:espada; helleri:en honor a Heller, su descubridor.

Los primeros espadas vivos fueron introducidos en Alemania por primera vez en 1909. Inmediatamente captaron la preferencia del mundo acuarístico y se volvieron sus favoritos. En Alemania se multiplicaron rápidamente y pasaron a poblar los acuarios del mundo entero. La mayoría de las razas de espadas que actualmente se encuentran en el mercado son fruto del intercambio genético entre Xiphophorus helleri y platies. El platy tiene naturalmente más patrones de color que el espada, que se benefició en ese orden con las múltiples hibridaciones. Como contrapartida, el platy adquirió del espada cultivado la aleta dorsal velífera o Simpson y las prolongaciones de la aleta caudal o cola de lira.

El habitat natural del espada se ubica en México y América Central. El Xiphophorus helleri original capturado en Orizaba, México, es el que vulgarmente se conoce como espada verde. Casi todas las poblaciones salvajes de Xiphophorus helleri tienen en común la línea o raya que atraviesa el cuerpo y que puede presentarse sola en la mitad del cuerpo o flanqueada por dos o más franjas.

Posteriormente se descubrieron otras formas salvajes de espadas en distintas localidades de México, Guatemala y Honduras. Pasamos a mencionar algunas:

Mantenimiento y Alimentación

Muestran un amplio margen de tolerancia a distintas aguas. En nuestro país la calidad del agua es excelente y apropiada para la reproducción de peces en general. Mantengo mis variedades de espadas en un pH 7.0 o 7.5, sin agregado de sal o productos químicos, y la temperatura apropiada para el mantenimiento de reproductores y el crecimiento de alevines estaría entre los 24 C y 26 C.

Son pacíficos y sociables en acuarios comunitarios, pero los machos suelen ser agresivos con otros de su misma especie. Requieren acuarios amplios, y en lo posible, con plantas que permitan lugares de reposo a las hembras grávidas. El acuario debe tener además un espacio libre reservado para sus desplazamientos rápidos.

Mis espadas habitan peceras de 80 a 200 litros. Por razones prácticas eliminé el sustrato donde arraigaban las plantas. En su defecto, reposan sobre el vidrio desnudo variadas piedras calizas, tutoras de fuertes y adaptables cryptocorynes.

Son omnívoros y aceptan todo tipo de alimentos. La dieta de mis peces incluye artemia, pastas, alimentos secos, larvas de la mosca de la fruta y ocasionalmente daphnia y larvas de mosquito. Suministro por vez pequeñas cantidades de alimento. Lo que puedan comer en pocos minutos. Una sobrealimentación provocaría un exceso de descomposición orgánica que afectaría la calidad del agua, creando un desequilibrio en beneficio de la proliferación de organismos y en detrimento de la salud de todos los habitantes del acuario.

Los caracoles de agua dulce son de gran utilidad en el correcto mantenimiento del acuario. En Uruguay se crían el caracol manzana dorado y el planorbis rojo. No dañan las plantas y consumen cualquier exceso de alimento.

Diferenciación sexual

La diferenciación sexual es muy fácil de apreciar por la ya mencionada prolongación de los radios inferiores de la aleta caudal en los machos, que da lugar a la tan hermosa espada. Esto es válido solamente para las variedades de aletas comunes. En los espadas cola de lira, tanto el macho como la hembra presentan prolongaciones de la caudal. En ese caso, para una correcta diferenciación sexual, habrá que observar la aleta anal. En los machos, los radios se pliegan formando un tubo llamado gonopodio, que utilizan para introducir el esperma directamente en el cuerpo de la hembra. Estas últimas conservan su aleta anal con los radios bien extendidos. Las hembras muestran también delante de la aleta anal un área más oscura que se conoce como punto grávido y que se oscurece y se agranda a medida que avanza la gestación.

Reproducción

La mayoría de los peces ponen huevos que se desarrollan fuera del cuerpo de la hembra. Se conocen como ovíparos. Entre otros, los carassius y los cíclidos integran este grupo.

Otro tipo diferente de reproducción es la de los vivíparos. En este caso el embrión depende casi exclusivamente del alimento que le provee la madre para su desarrollo.

Los espadas pertenecen a un tercer grupo, el de los ovovivíparos cuyos huevos se fertilizan y se incuban dentro del cuerpo de la hembra. Cada embrión se nutre de su propio huevo, permanecen dentro del cuerpo de la madre hasta el alumbramiento, y cuando nacen ya son capaces de nadar de forma independiente. Las hembras espadas tienen la habilidad de almacenar esperma. Por regla general, después de aparearse con un macho, una hembra espada puede dar a luz varias veces sin necesidad de tener nuevo contacto con un macho.

El tiempo de gestación es variable y depende de las condiciones ambientales y de cada línea en particular. En general, se producen pariciones cada 26 a 28 días. Cuando la hembra está próxima a dar a luz se muestra menos activa y trata de mantenerse apartada de los demás habitantes del acuario. El estado de preñez de una hembra debe evaluarse antes de la primera comida del día que redondea el vientre y nos lleva a engaño.

Los futuros alevines deben protegerse del canibalismo de la madre y de los otros peces, por lo que conviene trasladar a la hembra madre a un acuario de cría. Utilizo pequeñas peceras de aproximadamente 10 a 15 litros que divido con un separador de vidrio, de manera que la madre quede aislada en un sector y los alevines al nacer pueden cruzar rápidamente al otro sector y permanecer a salvo. Es el método más práctico y seguro según mi experiencia, pero también pueden utilizarse plantas como escondite para los recién nacidos. A prueba y gusto del consumidor.

Una vez que la hembra termina de dar a luz se la retira del acuario de cría, donde quedarán los alevines sin ser molestados durante los primeros días de vida. Si observamos que la madre está en buenas condiciones después del esfuerzo del parto, la reintegramos al plantel de los reproductores o al acuario comunitario. Si se nota que el animal ha sufrido y no se ve saludable, entonces la dejamos descansar unos días en soledad y con excelente alimentación en alguna pecera que dispongamos para el caso.

Es creencia generalizada que el apartar a una hembra cuando está demasiado próxima a dar a luz es la causa de nacimientos prematuros o abortos. También se entiende que porcentajes importantes de cambios de agua pueden estimular o inducir partos prematuros. En estos casos las crías nacen muertas o mueren al cabo de algunas horas. En mi experiencia particular, si una hembra en estado avanzado no soporta el stress del traslado a un acuario de cría y sufre un aborto, le doy una segunda oportunidad. Es decir, espero hasta la próxima parición y si se repite el fenómeno, descarto a la hembra como reproductora.

Es conveniente que los alevines de espadas se mantengan en pequeños acuarios de cría durante las primeras semanas de vida recibiendo una correcta alimentación. La aireación debería ser mínima para que toda la energía de los recién nacidos se traduzca en un excelente crecimiento.

A partir del primer mes, los pequeños espadas podrán compartir un acuario con juveniles de otras especies, por ejemplo, con ejemplares jóvenes de lebistes, y ya serán aptos para competir por espacio y alimento.

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