Uruguay en El Acuarista
 
Menu Artículos
Acuario Marino
Acuarismo
Alimentos
Anfibios y reptiles
Caracoles nativos
Caracoles que se crían en Uruguay
Carassius
Cíclidos
Discos
Endlers
Enfermedades
Espadas
Fotografía
Killis
Laberíntidos
Lebistes
Mollys
Peces nacionales
Plantas
Platys
Sistemas de filtración

    

Todos las fotos publicadas en Uruguay en el Acuarista:
  Artículos Galería de fotos Actividades Registros Transacciones Foro Macaneo Libre Inicio
   
 

»Ir a la página de Marcelo Casacuberta

Publicado en 2003 Gymnogeophagus gymnogenys

Gymnogeophagus gymnogenys

Por Marcelo Casacuberta

mcasacub@mundomac.com

 

Si repasamos las muchas especies de cíclidos que incluye el género Gymnogeophagus, encontraremos varios cíclidos de buen colorido, adaptables a la vida en pecera y relativamente fáciles de reproducir si les ofrecemos las condiciones adecuadas. 

Rondando los 15 centímetros de longitud en los machos adultos, el Gymnogeophagus gymnogenys es un cíclido mediano, muy interesante tanto por su colorida apariencia como por su comportamiento reproductivo.
Se trata de un cíclido de forma alargada, de complexión fuerte, y movimientos vigorosos. Los machos suelen tener una apariencia mas elevada, debido a la giba que desarrollan sobre su cabeza durante los meses de calor, cuando comienza la temporada de cría. Los machos, además de ser mas grandes y tener la mencionada giba, suelen ser mas coloridos que las hembras y sus aletas impares son mas largas y terminadas en punta. Hay muchas variedades de esta especie, que va cambiando según la zona en que es capturada, con diferentes tonos en su color de base, que va del amarillo al rojo fuerte. Muestran escamas iridiscentes verdes o azuladas sobre el cuerpo, y pequeñas manchas redondeadas en las aletas caudal, anal y dorsal. Es frecuente que muestren una mancha negra sobre los ojos, a manera de antifaz.
Podemos decir que los gymnogenys integran el grupo de cíclidos
sub-tropicales, ya que estos peces viven en zonas que pueden presentar, en invierno, temperaturas cercanas a los 14 grados centígrados. A pesar de esto, yo recomendaría conservarlos entre los 18 y 24 grados para que mantengan su mejor estado sanitario. Algunos autores señalan que no es conveniente mantenerlos todo el año a una temperatura elevada, mediante
calefacción, sino que conviene que pasen un par de meses a una temperatura un poco mas fría (18-20) ganando de esta forma en salud y longevidad.
Gusta de buscar sus alimentos en el suelo, tomando un puñado de arena, o grava, y escupiéndolo a media agua para encontrar sus alimentos. Su dieta es variada, con un predominio de alimentos de origen animal aunque a veces incluye algunos elementos vegetales.
Se le puede dar una buena escama o pellet como alimento base, complementándolos con alimentos vivos como lombrices de tierra o Daphnia, así como mejillones, krill o hígado picado. Generalmente no recomiendo el uso tubifex para evitar complicaciones sanitarias.
En cuanto al pH, un valor neutro, o apenas ácido los hará sentir a gusto, recordando que, por su costumbre a escarbar en el fondo, necesitaremos un filtro potente, que absorba todo el detritus que los peces levanten.
Los gymnogenys son peces flexibles, que se adaptan a cualquier tipo de alimento, aunque al principio pueda costar un par de días estimular la alimentación en ejemplares salvajes.
De carácter territorial, es bueno ofrecerles piedras, plantas y macetas como escondites donde puedan tener una zona que puedan sentir como propia, y refugiarse en ella si son perseguidos. Pueden ser alojados con algunos otros cíclidos de tamaño y hábitos similares, pero si queremos conseguir la reproducción de esta especie, será mejor alojarlos en una pecera para ellos solos, o acompañados por algunos caracínidos y Corydoras que se adapten a las condiciones del tanque.
La reproducción es, por cierto una de las facetas mas interesantes de este cíclido.
Las investigaciones señalan que los machos dominantes del gymnogenys, establecen territorios mas o menos grandes, dentro del cual, varias hembras conviven mas o menos pacíficamente, cada una con su propio territorio.
El macho desova sucesivamente con cada una de las hembras, pero no se encarga del cuidado de las crías, sino que se limita a ahuyentar del territorio a posibles predadores así como a otros machos que intenten acercarse a las hembras de su "harén".
Por esto será conveniente poner un solo macho y varias hembras en nuestra pecera, que deberá tener una capacidad de unos doscientos litros, para evitar peleas tan intensas que deriven en peces lastimados.
Una vez que la hembra se muestra lista a desovar, el macho realiza un cortejo mas bien sencillo que incluye un cierto temblequeo del cuerpo y las aletas y fuertes movimientos de la mandíbula, que recuerdan a movimientos de masticación.
Las puestas son medianas, de entre treinta y sesenta huevos, y quedan adheridas sobre alguna roca u otra superficie plana. Una vez que ha fecundado los huevos, el macho se retira y la hembra queda a cargo del cuidado, limpieza y ventilación de la puesta.
Muchas veces la hembra cubre los huevos con arena o pequeños guijarros, para esconderlos de posibles predadores.
Un día o dos después, según la temperatura, los huevos eclosionan y es allí cuando la hembra toma en su boca las crías para guardarlas allí durante siete a diez días, luego de los que son expulsadas ya con plena capacidad de nadar y buscar su alimento.
Durante algunos días, la hembra tomará en su boca a los alevines cada vez que algún potencial peligro se aproxime, pero dejara de hacerlo conforme las crías crezcan.
Poco a poco el grupo de crías se dispersa y cada una toma su camino.
Esta modalidad reproductiva es descrita por los ictiólogos como "incubación bucal larvófila" ya que se incuba a los huevos en la boca una vez que estos han eclosionado y suele hacerse referencia a los alevinos recién nacidos como "larvas".
Si la pecera es lo suficientemente grande puede dejarse a la hembra con su puesta en la misma pecera que el macho, aunque deberá ponerse atención al momento en que ella libera a las crías para que estas naden libremente, ya que podrían ser devoradas por el padre. Otra opción mas segura es trasladar a la hembra, con su boca llena de crías, a otra pecera mas chica, donde podrá liberar a salvo a su descendencia.
Sin duda, el Gymnogeophagus gymnogenys, por su tamaño mediano, colorida apariencia y comportamiento reproductivo, es una elección interesante para aquellos que estén buscando una experiencia con los cíclidos de las aguas sudamericanas.

  Arriba

 
© Uruguay en El Acuarista - Todos los derechos reservados